No
existe esponja para lavar el cielo
pero
aunque pudieras enjabonarlo
y
luego echarle baldes y baldes de mar
y
colgarlo al sol para que se seque
siempre
faltaría el pájaro en silencio.
No
existen métodos para tocar el cielo
pero
aunque te estiraras como una palma
y
lograras rozarlo en tus delirios
y
supieras al fin como es al tacto
siempre
te faltaría la nube de algodón.
No
existe un puente para cruzar el cielo
pero
aunque consiguieras llegar a la otra orilla
a
fuerza de memoria y pronósticos
y
comprobaras que no es tan dificil
siempre
te faltaría el pino del crepúsculo.
Eso
es por que se trata de un cielo que no es tuyo
aunque
sea impetuoso y desgarrado
en
cambio cuando llegue al que te pertenece
no
lo querrás lavar ni tocar ni cruzar
pero
estarán el pájaro y la nube y el pino.
Mario
Benedetti